[Opinión]
Bienvenidos a la nueva URSS, el nuevo bloque socialista, solo que esta vez tercermundista y por el otro lado del mundo. Sin embargo, sus efectos siguen siendo los mismos. Donde las libertades son tan violentadas que se ha vuelto una situación normalizada, con una economía cuyos únicos índices crecientes son la inflación y la pobreza, con representantes tan escasos e inmorales que solo alejan el progreso. Toda una utopía socialista.
Con Venezuela hundida, Argentina destruyéndose cada día más, Bolivia más de lo mismo, Chile tan inclusivo y adoctrinado que ha desmoronado la potencia que fue, el Perú con un prosor que cada día crea más pobres en un país rico, Colombia a la espera de su presidente guerrillero/terrorista, Ecuador con un congreso complicadísimo, y un Brasil que piensa volver a Lula; el futuro del sur del continente se ve más alarmante: una Unión de Repúblicas Socialistas Sudamericanas.
Una parte del continente que apunta al desastre, gracias a una ideología que con promesas falsas, discursos vehementes decorados y sentimentalismo ha logrado establecerse en el poder. Aprovechando no solo de la ignorancia del pueblo, sino de su humildad también.
La izquierda ha vendido por donde vean una sola cosa: populismo. La fuerza que combatirá desigualdades. Promoviendo ideas insostenibles como la distribución de riqueza, aumento de impuestos -solo a las clases altas-, la paralización de todas las minas porque “hay que priorizar a los campesinos”. Ideas, así como proponer estatizaciones o “nacionalizaciones” de empresas privadas, cuyos dueños solo son personas ricas que quieren más dinero en el bolsillo. Propuestas engaña muchachos, que convencieron a más de un pueblo.
No sabrán de economía, pero políticamente, no son tontos. Saben que convenciendo solo a los sectores con menores ingresos no ganarán nada. Ante esto, han adoptado corrientes que los socialistas del siglo pasado habrían rechazado abiertamente, para engatusar a los sectores económicos de arriba. Todo mediante el empleo de todo lo que significa la cultura “woke”. Promover los colectivos feministas, usar pañuelito verde y utilizar “políticas de género”; luchar a favor del aborto – porque el derecho a decidir es más importante que el derecho a la vida- el colectivo LGBT con todas sus letras y sus nuevas banderas, la unión civil y la negación a la biología. Todo para generar una sociedad que “promueve la igualdad”.
Sudamérica se pinta de rojo, todo porque los socialistas han ido lavando cerebros contra los Estados “opresores machistas” que no velan por las desigualdades.
¿Y la derecha? Pues durmiendo. Sin entender como pierden cada elección. Haciéndose batallas internas mientras afuera los socialistas les van ganando la guerra política. La desunión que era tan típica de la izquierda ahora es de la derecha. Sin darse cuenta, que su mayor problema, no son sus propuestas, sino sus campañas y su apariencia.
Seamos honestos, todos los candidatos de derecha en Sudamérica carecen de lo mismo: humildad. Todos venden la misma imagen, altanería, soberbia, gente rica, acomodada y arribista. ¿Qué es lo que reflejan al pueblo? La imagen de un pituco que, como el dinero no le basta, quiere también poder. Eso es lo que la gente piensa, y la derecha parece no querer darse cuenta. Soslayando así, su mayor problema.
La URSS avanza y nuestros mejores aliados no tienen ni idea de que hacer. Mientras tanto, los pueblos sudamericanos, caen en el juego socialista, creyendo en sus palabras y votando por sus representantes. Mientras tanto, los países se siguen hundiendo y la gente, se sigue empobreciendo. Nos queda solo luchar, antes que sea muy tarde.
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